Hoy vamos a tratar un tema bastante importante en el tema de las inversiones, sobre todo cuando invertimos a largo plazo, en empresas de dividendos de diferentes países y nuestra cartera goza ya de cierto tamaño.
Se trata de la diversificación en divisa. Cuando montamos una cartera de dividendos crecientes o DGI (Dividend Growth Investing), tarde o temprano acabamos poniendo la vista en USA, que es donde se encuentra el mayor número de empresas de calidad en cuanto a esta estrategia, con un muy buen trato continuado al accionista, por lo que irremediablemente nuestra cartera empieza a virar hacia dicho país y, por tanto, a acumular mayor porcentaje en dólares americanos (USD).
Las fluctuaciones en los tipos de cambio
Es en ese momento cuando las fluctuaciones en los tipos de cambio pueden suponer variaciones importantes en nuestra cartera, y sobre todo en nuestro flujo de ingresos pasivos, unas veces a nuestro favor, y otras en contra, dependiendo también de si cambiamos divisa periódicamente cada vez que hacemos una compra, o lo hacemos por tramos más grandes de vez en cuando.En el mundo de las inversiones, es importante tener tranquilidad y poder dormir a gusto por las noches, por lo que es aconsejable evitar en la medida de lo posible los vaivenes en nuestro capital que nos puedan producir desasosiego. Se puede dar por ejemplo la situación de que posibles ganancias en una posición determinada en una empresa USA (o de otro país) queden mermadas por una depreciación de esa moneda respecto a la nuestra. Es cierto que también se puede dar la situación contraria y nos llevemos una alegría, pero muy probablemente estaremos entonces preocupados de que un giro en el tipo de cambio nos lleve de nuevo al punto de partida. Y si percibimos rentas periódicas en forma de dividendos, sucede tres cuartos de lo mismo. Y más si somos independientes financieramente.
En definitiva, desde mi punto de vista es importante tener en cuenta estos aspectos y seguir una estrategia que nos permita diversificar en cierta medida las divisas que componen nuestra cartera.
Algunos dirán que cuando invertimos en empresas globales, que tienen negocios repartidos por todo el mundo, ya estamos diversificando puesto que sus ingresos en unas u otras divisas serán también mayores o menores dependiendo de las diferentes divisas de los países dónde los obtengan, por lo que al final contrarrestará los cambios de divisa que se puedan producir en nuestras inversiones (a largo plazo en teoría esto puede ser así, ya que podría traducirse por ejemplo en que cobraríamos más cantidad de dividendos por parte de una empresa en una moneda devaluada, contrarrestando así el cambio negativo y recibiendo lo mismo en nuestra moneda local).
Sin embargo, me parece un argumento pobre, ya que desde que se producen esas fluctuaciones hasta que nosotros podamos cobrar nuestros dividendos (o vender nuestra posición si fuera el caso) la empresa ha podido tomar muchas decisiones y no aumentar su dividendo en consecuencia, o puede que las supuestas mayores ganancias en otra divisa no se traduzcan en un aumento en el precio de cotización de dicha empresa, y, mientras tanto, estaremos nerviosos aguardando ese momento y con la incertidumbre de si se producirá o no tal aumento.
Particularmente, prefiero tener cierta diversificación en divisas de manera que fluctuaciones en los tipos de cambio no afecten significativamente a mi cartera ni a corto ni a largo plazo, de la misma manera que fluctuaciones en la cotización de una u otra posición en mi cartera tampoco afectan demasiado al tener varias empresas con peso repartido en el total de la cartera.
La mejor manera de diversificar tus inversiones
No existe una única manera de realizar esta diversificación correctamente, sino que se trata de una decisión personal y que dependerá también de nuestro estilo de inversión, los países en los que queramos invertir (porque haya empresas que nos parezcan interesantes y no por su moneda en sí) y la tolerancia que tengamos respecto a las fluctuaciones en los tipos de cambio.
A continuación expongo la manera en la que lo vengo haciendo yo, teniendo en cuenta que la mayor parte de mi inversión es de tipo DGI o dividendos crecientes. Hay 2 factores a tener en cuenta:
Aproximadamente un 60% de mi cartera corresponde a USD, un un 26% a EUR y un 14% a GBP. Idealmente me gustaría reducir mi exposición a dólares americanos y aumentar la de euros (mi moneda local) pero como hemos comentado anteriormente, el peso de las empresas americanas de calidad en lo que al dividendo se refiere es bastante grande por lo que dificulta esta tarea.
Ejemplo de distribución de cartera por divisas |
Me siento cómodo en estos umbrales, e incluso podría superar algo más la parte USA si fuese necesario llegando quizá hasta un 65% para seguir incorporando empresas de calidad. Desgraciadamente, en Europa no hay tanto donde elegir en cuanto a empresas de dividendos crecientes.
En segundo lugar, tenemos la forma de comprar las diferentes monedas conforme va aumentando nuestra cartera. Existen dos alternativas:
- Ir cambiando a lo largo del tiempo a medida que vamos comprando empresas, de manera que realizamos una diversificación temporal comprando a diferentes tipos de cambio a lo largo del tiempo.
- Cambiar cantidades de moneda más grandes cada cierto tiempo cuando se dan niveles relevantes, utilizando el análisis técnico para determinar cuando se dan estos niveles, y utilizar la moneda ya cambiada para nuestras compras periódicas.
Mediante la alternativa 2, con el ejemplo del EUR/USD que pongo en el gráfico mensual a continuación, vemos marcado en amarillo aquellos puntos álgidos del euro respecto del dólar, donde nos interesaría cambiar aquellos ahorros que hemos ido acumulando en EUR en los últimos meses para comprar USD y dejarlo guardado para cuando queramos ir haciendo nuestras compras periódicas de empresa americanas.
Cambio EUR/USD, gráfico mensual |
Otro posible problema de esta alternativa es que en ocasiones puede pasar demasiado tiempo entre una ventana de cambio y otra, aunque por lo menos nos sirve de idea para saber cuando estamos comprando otra moneda barata o demasiado cara.
Conclusiones
Es importante tener en cuenta la diversificación de divisas cuando empezamos a invertir en empresas que cotizan en monedas diferentes de nuestra moneda local, y a medida que aumenta nuestra cartera y nuestra independencia financiera.Conviene mirar de reojo los porcentajes que representa cada moneda en nuestra cartera, e intentar que no se desequilibren demasiado. De esta manera, nuestro flujo de ingresos pasivos será más constante. Una buena opción es que alrededor de un tercio de nuestra cartera esté en nuestra moneda local.
No merece la pena obsesionarse con los tipos de cambio cada vez que compremos en otra moneda, pero sí es recomendable llevar cierta periodicidad para mantener una diversificación temporal y ‘acompañar al precio’.
Esta es la manera en la que yo lo hago, pero cada cual debe tomar sus propias decisiones y obrar en consecuencia. ¿A ti qué te parece? ¿Cómo lo haces tú? Deja tu comentario más abajo o si quieres puedes seguirme en Twitter aquí.
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